La otoplastia (cirugía de orejas) es un procedimiento cosmético para mejorar la apariencia de las orejas. La otoplastia no afecta la audición y proporciona beneficios psicológicos significativos a cualquier persona que se burle del tamaño y/o la forma de las orejas, haya tenido una lesión grave en el oído o simplemente quiera mejorar su apariencia. La otoplastia se realiza con mayor frecuencia para colocar orejas inusualmente prominentes más cerca de la cabeza (fijación de orejas) o para reducir el tamaño de orejas anormalmente grandes.
Se pueden construir nuevas orejas o partes de orejas para pacientes que las carecen por causas que incluyen defectos de nacimiento, lesiones graves y cánceres de piel.
La cirugía de orejas repara una amplia variedad de defectos o deformidades en las orejas causadas por la genética, defectos de nacimiento o traumatismos, que incluyen:
Las personas de cualquier edad que se sienten cohibidas por sus orejas pueden ser buenas candidatas para la otoplastia, aunque generalmente se realiza en niños de entre 4 y 14 años. Las orejas están casi completamente desarrolladas a partir de los 4 años, por lo que la cirugía temprana puede ayudar a crear confianza en sí mismo cuando un niño comienza a ir a la escuela. No todo el mundo es candidato para la otoplastia; un paciente debe gozar de buena salud general y tener expectativas realistas sobre lo que puede hacer.
Las incisiones para la cirugía de orejas generalmente se colocan en la superficie posterior de la oreja, lo que hace que las cicatrices sean prácticamente indetectables. Si es necesario hacer incisiones en la parte frontal de la oreja, se colocarán dentro de los pliegues para que pasen lo más discretas posible.
Las orejas prominentes mejorarán inmediatamente después de la cirugía y se desarrollarán correcciones más extensas a medida que las orejas sanen con el tiempo. Su cirujano puede brindarle más detalles sobre su recuperación y resultados según su condición individual.